Sigo corriendo por callejones estrechos y oscuros, en donde
los charcos de agua sucia enfrían la fuerza de mis piernas, mientras huyo de
los dos monstruos que me persiguen y que no paran.
No les veo bien, nadie conoce sus caras, pero no quiero
mirar hacia atrás. Solo se sus nombres: Prima de Riesgo y Crisis.
Se aproximan mucho... ¡Qué suerte!, ¡una alcantarilla
abierta!
Corro bajo tierra entre la poca mierda humana que la cloaca
lleva.
Por fin, al lado derecho, veo como entra luz cenital. ¡Saldré
por ese cuadrado!
Aunque me cuesta, consigo salir. ¡Por fin estoy fuera y
lejos de la ciudad!
Lo primero que veo es la oscuridad del horizonte. La noche es
estrellada, y esas constelaciones emblemáticas reflejan su luz en mi cara. Si las
pintase las podría llevar conmigo...
Pumpkin Seeds
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