Transportando de un lado a otro
las semillas de pipas de calabaza que encontramos por aquellas ruinosas
ciudades devastadas por los mercados y el poder, me paro y te escribo mientras
espero que pasen los últimos híbridos fantasmagóricos de los que se hacen
llamar por el Estado “Personal de protección al buen ciudadano”, aunque éstos,
casi ya, no parecen personas. Hoy tampoco han podido descubrir que escondo las
semillas, pero sigo con mucho cuidado escondida, quedan pocos zulos donde
resguardarse mientras realizan todas las comprobaciones de zona. Parece que van
menos armados que antes, aunque están cargados de dispositivos de última
generación, y coches que ya ni si quiera hacen ruido, hace tiempo que se acabó
la gasolina
Estos nuevos cargos públicos están
aleccionados, tienen un objetivo alcanzable, solo tienen que captar a los pocos
ciudadanos que todavía estaban salvados y hacerles dependientes de la nueva
estimulación cartesiana, de esa nueva manera de manipulación más potente que jamás
ha existido, la “anestesia de simulación”. Queda lejos ya la “sociedad del
espectáculo”. Ahora, querida Yen, sí
que están instruidos, además de hablar todos y cada uno de los idiomas nuevos
que van surgiendo, siguen teniendo esa fórmula de la que no se puede resistir
el individuo modificado. El Estado disfrazado de paternalismo junto con la recompensa
al triunfo del esfuerzo, es la mezcla perfecta para el beneficio de los bienes
del estado y la nueva propagación de la anestesia de simulación. Creo que cada
vez están dejando menos alternativas, no sé si podremos seguir adelante luchando
por la libertad del individuo. No sé como empezó todo, solo recuerdo que la
crisis duraba demasiado tiempo, la gente, agotada de la no vida real, necesitaba
de nuevo un espejo donde reflejarse.
Ahora casi todos los ciudadanos son
atrapados por las infinitas redes. El Estado está usando todos los medios
tecnológicos y publicitarios para que acudan en masas. Son atraídos por todo
tipo de anuncios que incitan a probar esa nueva experiencia sensorial, todos están
como locos ahorrando y pagando con trabajo al Estado con tal de conseguir una.
Así que, además de rendir con su esfuerzo al provecho de los mercados, todos,
como competidores, intentan conseguir el suyo. Me llegaron noticias desde el
otro lado de que la mitad de los asesinatos que se producen son para conseguir
uno, robándoselo al muerto. Toda la
humanidad quiere un nano chip de
“bienestar en tu vida”, que ahora los fabrican súper pequeños, antes con
una inyección te lo colocaban bajo la piel, parecido a los antiguos chips de
los perros de compañía, ahora inventan nuevos formatos, “tan solo lo sabes tú…”
dice el slogan, justo para evitar que te maten para quitártelo, y porque nadie
reconoce tener uno. Por eso, estos nuevos obreros al servicio del Estado, el “Personal
de protección al buen ciudadano”, reparten hostias a diario y vigilan, obstinados,
el buen comportamiento del individuo. Esta nueva generación de nano chips que
fabrican en tu país son muy discretos, ¡fíjate!, el último que vi en la
frontera Portuguesa lo encontré por casualidad, parecía una pestaña de la chica,
pero me pareció poco flexible, por eso la introduje en el lector de
dispositivos y lo descubrí. Tan parecidos a lo humano como una pestaña,
incluso, los más modernos, los personalizan como tú quieras, así sospecho que
le dan ese valor añadido y al individuo le hace sentirse más libre, parece que
elige el nombre y la historia que será su letargo de la realidad. Ahora tienen promociones
donde regalan hasta diez historias reales.
Yen, impresiona mucho verles trabajando 19 horas cada día, para luego activar el nano chip que les
produce la sensación que deseen. Alejandro, uno de los reciclados que hemos salvado, me contó que él
se lo diseñó para que esas cinco horas desconectado de la realidad pareciesen
un año de vacaciones en el pueblecito de su padre, así podía disfrutar de sus
padres vivos, del campo, de la comida tan rica de aquellos valles… .
¡¡Yo que sé!!, es fácil querer
eso, vivir una armonía aunque sea una mentira, querer ser feliz aunque seas un
puto siervo, y pasar de esta entropía estética que no tiene fundamento.
Pero tranquila Yen, sigo plantando todas las semillas
que me envías, y tengo todos los planos de donde las he colocado bien
escondidos.
La vegetación de mucho de lo
arrasado parece que empieza a florecer, es sublime contemplar esos parajes donde
no existe nada, solo yo muy pequeña contemplando el espacio-tiempo.
Espero que te estén llegando
todos los mensajes. No todas las palomas aparecen de vuelta, y algunas, cuando
las recojo, compruebo en sus anillas que ha pasado más de un año para que regresen.
Espero tu nuevo envío de
semillas.